domingo, 27 de junio de 2010

Cadáveres guardados

Cuando la vi por primera vez
un montón de cadáveres encontraron sus tumbas.
Gracias a ella
fue posible duchar
las pizarras del pasado;
lavarlas de la caligrafía venenosa
que había ayer.

La veo una vez por semana.
El tiempo que hay en medio,
el rato que hay entre vez y vez,
es un fardo lleno de horas pesadas.

No quiero ese entreacto.
No me anfibio bien a la vida que consiste en ahora ver
y ahora no ver.

Pero ella
salva los días por completo. Con mi amiga a mi lado
podrían cronometrarse en una cifra muy delgada
los instantes en que me doy cuenta de que
la noche es la noche.
Intuyo que el tiempo antes de ella
era una textura pobre, magullada.
Una vida de pan degradado sobre
un tapete
en el que podían reunirse las migajas
de un festín solitario e inerte.

Ayer volví a verla,
a mi amiga.
Iba preciosa:
Un montón de cadáveres
regresaron a sus fosas.
Con ella el tiempo es sólo el futuro y
el futuro es un megáfono que proclama su nombre:
Irene.
Irene.

Y el terror se afloja.
Y las horas
todas
mejoran.


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Poesía by Iván Legrán Bizarro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
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1 comentario:

  1. Iván, leyendo tu poema mis cadáveres vuelven a sus fosas

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